Pésaj, Massachusetts
Passover, Massachussets abril 2014.
Fuimos invitados a la celebración del “Passover (Pésaj)” en casa de unos amigos y yo decidí traer para la ocasión dos botellas de vino.
La primera era de un un vino típico de esta fiesta judía. Manischewitz. Se trata de un vino Kosher, elaborado siguiendo estrictamente las normas que habilitan a los alimentos y bebidas a servirse en una mesa en las que se observan las leyes de nutrición judías. Es un vino económico (unos $5,00 la botella) y no muy bueno, pero a mí me gusta por lo especial que resulta su sabor dulzón característico de la uva de Concord. Este vino también por sus características complementa perfectamente el plato típico que se prepara en esta fiesta llamado “Haroset”, hecho con manzanas, nueces, limón y dátiles.
A continuación con la típica sopa de «Matza» abrimos la segunda, una botella, que traje a los USA, de un vino tinto Español de la localidad de Magallón, Zaragoza, D.O. Campo de Borja, elaborado al 100% con la variedad de uva Syrah: Aliana Carácter (10,00 €). Este vino es elegante y suave, elaborado por las hijas de la gerente de la bodega de Magallón, Susana Ruberte, siguiendo los sabios consejos de su progenitora.
Con el plato principal de carne asada con pasta, judías verdes y «horseradish» abrimos una botella de un vino tinto de California muy bueno llamado Kunde ($35,00). Nuestros anfitriones habían estado en el Valle de Sonoma y de ahí lo habían traído. Un secreto que alguien me dijo es que los vinos buenos no se encuentran en las tiendas sino que se los quedan los productores para venderlos ellos directamente al público. No sé hasta qué punto esto será verdad pero tiene algo de sentido.
El postre fue el típico “Mandle bread” una especie de carquiñoli con canela que a mí me encanto. Para regar este magnífico postre se abrió una botella de Port – no sé si debo decir Oporto porque también era californiano – llamado Selby ($27,00), hecho a partir de la variedad de uva Zinfandel. Este vino fortificado era bastante joven y podía haber reposado por décadas pero no estaba nada mal.
Al final fue una buena comida y bebida con gente que sin ser religiosa mantiene tradiciones por la conexión con las generaciones pasadas, las cuales se juntaban en este día para festejar el fin de la esclavitud del pueblo hebreo de Egipto.
Falk & Marques