Es el primero de los sentidos que intervienen en la cata, y es el que va a mandar al cerebro, las primeras sensaciones, que van a predisponer al resto de los sentidos, para poder efectuarla.
Si bien hablamos de la vista como el primer sentido que entra en juego, para los más puristas o entendidos, el oído también actúa de forma paralela, ya que, a través de él, apreciaremos el ruido del descorche o el que hace el vino al caer en la copa y que, en función de su densidad, lo percibiremos como un gorgoteo agudo o sordo cuando el vino es muy denso; igualmente, podremos detectar el chisporroteo de las burbujas de carbónico en los vinos espumosos (Cava, Champagne, Lambrusco, etc.)
El color del vino viene dado por las partículas en suspensión estabilizadas en el conjunto del vino. La mayoría de la gente puede apreciar entre 150 y 200 colores, aunque a la hora de definirlos cada persona lo hace con su nivel particular de percepción.
Se nos presenta también el problema de designarlos y para ello al ser humano no lo queda más remedio que acudir a la naturaleza y por similitud definirlos: rojo cereza, rosa asalmonado, amarillo limón…
La vista va a ser, pues, la responsable de darnos las primeras informaciones acerca del vino, su color, si es más ó menos joven, su limpieza, etc. Así pues en un vino blanco, a mayor tiempo de elaboración o crianza su color será más intenso; por el contrario en un vino tinto será todo lo contrario y a mayor tiempo de elaboración su color se irá volviendo más suave.
VINO BLANCO |
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Amarillo pálido | |
Amarillo pajizo | |
Amarillo verdoso | |
Amarillo limón | |
Amarillo dorado | |
Dorado intenso | |
Ambarino | |
VINO ROSADO |
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Rosa violáceo | |
Rosa frambuesa | |
Rosa fresa | |
Rosa grosella | |
Rosa asalmonado | |
Piel de cebolla | |
VINO TINTO |
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Morado | |
Rojo violáceo | |
Rojo púrpura | |
Rojo granate | |
Rojo Cereza | |
Rojo rubí | |
Rojo teja |