California, Valle de Napa
Napa Valley, California. Marzo 2014
California tiene una energía fantástica, siempre me ha gustado la mezcla de sencillez y sofisticación. Aquí la gente de dinero se codea con la gente trabajadora sin ponerse aires de superioridad. Pero California es muy grande – casi del tamaño de España – y el Valle de Napa está a una hora en coche de San Francisco, una de las ciudades más liberales de los Estados Unidos. Por descontado que para llegar aquí con estilo hay que alquilar un descapotable.
El valle de Napa se compone de varios pueblos conectados por una carretera. A ambos lados de esta hay viñedos casi continuamente y cada uno con su propia sala de degustación. Me dijeron que hay más de quinientas bodegas. Demasiadas para mi gusto. Escogimos visitar sólo una bodega, y escogimos una de las más antiguas y caras. La degustación costo $65,00 por persona y tuvimos que acomodarnos a la hora que nos podían servir a pesar de hacer la reserva con tres semanas de anticipación.
Far Niente es una bodega que no esta situada en la carretera sino un poco a las afueras. La propiedad tiene un encanto rural, con vistas a los campos y las montañas. El edificio principal es soberbio y los jardines exquisitos, a mediados de Marzo es primavera con lilas y tulipanes en flor. Después de una introducción a la filosofía de hacer vino de esta familia y un tour por los túneles y bodegas debajo de la casa llegamos a la degustación, con unos trocitos de queso, de dos blancos y dos tintos:
Los vinos eran buenos pero no muy sorprendentes, más si cabe, teniendo en cuenta, respectivamente, los precios de venta de los mismos, sobre unos $70,00 y $65,00 los Chardonnay y los $185,00 y $135,00 los Cabernet Sauvignon.
El vino que sí me excito fue el que trajeron al final; un vino de postre llamado Dolce ($170,00 la botella de 75 Cl.). No es muy dulce, como su nombre da a entender, pero tiene unos sorprendentes sabores que cambian conforme pasa por la boca. La primera impresión es de flores amargas pero entonces cambia a sabores de piña y pera para acabar con un suave sabor a miel y vainilla. Complejo y muy satisfactorio.
Nuestra parada final en Napa Valley fue en un restaurante de tres estrellas Michelin llamado The Restaurant at Meadowood. El menú de degustación tipo El Bullí, para que nos hagamos una idea, fue muy bueno y creativo. Siendo este el primer restaurante de este tipo que he probado no lo puedo comparar con otros de este calibre. Pero mi impresión fue la de estar en una buena obra de teatro.
Cada detalle estaba coreografiado para qué la experiencia fuera sibarítica. Aquí el vino fue uno de la región vinícola cercana de Sonoma. Anthill Farms Pinot Noir 2012 (unos $40,00 la botella de 75 Cl.). Un vino elaborado, como muy bien indica su nombre, a partir de la variedad de uva Pinot Noir, con un color tinto pálido y de olor no muy profundo pero con un sabor extraordinario, muy bien equilibrado que complementó muy bien toda la comida.
Estoy seguro que hay mucho más para explorar en Napa Valley en relación a los vinos sin llegar a emborracharme, pero para poder disfrutar del descapotable no quise llegar al límite.
Falk & Marques